Ventas minoristas de febrero +0.3% frente al +0.4% previsto.
Las ventas en los minoristas de EEUU se desaceleraron bruscamente en febrero, aumentando apenas un 0.3%, y los estadounidenses probablemente compraron menos productos como comestibles, productos electrónicos de consumo y muebles después de tener en cuenta la alta inflación. Sin embargo, el aumento del 3.8% en las ventas informado anteriormente en enero se revisó al 4.9%, dijo el gobierno el miércoles.
En conjunto, el aumento promedio de las ventas minoristas en los primeros dos meses de 2022 sugiere que el nuevo año ha tenido un comienzo decente.
Las ventas minoristas son una gran parte del gasto del consumidor y ofrecen pistas sobre la solidez de la economía estadounidense. Los hogares siguen comprando muchos bienes y servicios para mantener la recuperación económica, pero en algunos casos, los consumidores simplemente pagan más.
En febrero, el costo de vida subió un fuerte 0.8%, según el índice de precios al consumidor. Las ventas ajustadas a la inflación en realidad cayeron en febrero.
Los estadounidenses tienen muchos ahorros acumulados durante la pandemia y se sienten seguros en sus trabajos. Eso les ha dado la confianza para gastar. Sin embargo, la alta inflación está alterando sus planes de gastos y haciéndolos pensar dos veces sobre lo que compran y cuánto. El aumento de los precios podría frenar el crecimiento económico a menos que cedan pronto, dicen los analistas.
Detalles claves: Las ventas minoristas fueron positivas en gran parte debido a un aumento del 5.3% en el gasto en gasolina, pero eso refleja el aumento de los precios del petróleo y no es una buena noticia ni para los consumidores ni para la economía.
- Las ventas de automóviles y repuestos también aumentaron un 0.8%. Las ventas de automóviles representan alrededor de una quinta parte del gasto minorista total.
- Si se excluyen esas dos categorías, las ventas minoristas cayeron un 0.4% el mes pasado.
- La mayor parte de la caída en las ventas tuvo lugar en minoristas por Internet y tiendas que venden comestibles, muebles, productos electrónicos de consumo y artículos de salud.
- Una buena señal: las ventas en bares y restaurantes se recuperaron después de que los casos de omicron cayeron en picada y más personas volvieron a salir a comer.
- Un mayor gasto en alimentos fuera del hogar generalmente se considera un signo de una economía saludable. La gente sale más cuando la economía va bien.
“Aunque se está enfriando después del derroche de enero, los consumidores estadounidenses parecen razonablemente bien posicionados para seguir gastando, respaldados por las recientes ganancias masivas de empleo y los altos ahorros de los hogares”, dijo el economista senior Sal Guatieri de BMO Capital Markets.
“Esto supone, por supuesto, que no habrá más golpes importantes en los costos de combustible y alimentos, la confianza y las condiciones financieras derivadas de la guerra entre Rusia y Ucrania”.
Las ventas minoristas, incluido el gasto en comidas en restaurantes, automóviles, teléfonos celulares y computadoras, representan una gran parte del gasto del consumidor, que en sí mismo es la mayor fuente de demanda económica en los EEUU.
