El PIB (GDP)cayó un 31,4% en tasa interanualizada en el segundo trimestre, mejor de lo esperado. El dato mejora levemente respecto a la caída del 31,7% de la revisión anterior, pero aún así sigue siendo un derrumbe histórico, sin parangón en tiempos de paz para la mayor economía del mundo.
Este dato ha mejorado en tres décimas la publicación anterior del PIB. Los analistas consultados por Bloomberg no esperaban dicha mejora y habían vaticinado que el PIB se mantendría con la caída del 31,7% anualizada.
Pese a las mejoras anunciadas, la disminución en el PIB real reflejó disminuciones en el PCE, exportaciones, inversión de inventario privado, inversión fija no residencial, inversión fija residencial y gasto del gobierno estatal y local que fueron parcialmente compensados por un aumento en el gasto del gobierno federal. Las importaciones, que son una resta en el cálculo del PIB, también registraron caídas.
El tercer trimestre que está a punto de terminar es de alguna manera ya agua pasada. Seguro que vendrà fuerte porque la economía se reabrió y millones de personas volvieron a trabajar.
Lo que importa ahora es qué tan rápido crece Estados Unidos en los últimos tres meses del año, un resultado que podría dar forma a la naturaleza de la recuperación a largo plazo.
Si bien hay indicios de que el crecimiento se ha desacelerado, la economía también ha demostrado ser más resistente de lo que esperaban la mayoría de los pronosticadores. Es un presagio potencialmente bueno. Esperemos.