Las ventas minoristas de Estados Unidos aumentaron un 0.6% desestacionalizado en febrero en comparación con el mes anterior, dijo el jueves el Departamento de Comercio.
Excluyendo los automóviles, las ventas aumentaron un 0.3%. Los economistas esperaban un aumento del 0.4%, sin incluir los automóviles.
El informe mensual sobre cómo gastan o retroceden los consumidores se considera un presagio del estado de la economía estadounidense. Muchos economistas creen que los estadounidenses están a punto de gastar sus ahorros protegidos por la pandemia y se sienten presionados por la inflación, que ha impactado los precios de los productos básicos de uso diario, desde alimentos hasta el alquiler.
A principios de esta semana, el Departamento de Trabajo publicó datos que muestran que los precios al consumidor aumentaron un 3.2% en febrero respecto al año anterior.
Los datos de ventas de febrero podrían alimentar la idea de que la caída de las ventas de enero fue sólo un problema pasajero. Las ventas de enero suelen caer con respecto al mes anterior, tras la locura de las compras navideñas de diciembre.
Aun así, el Departamento de Comercio dijo que la caída de las ventas de enero fue más pronunciada que los cálculos anteriores. Las ventas de enero se revisaron desde un 0.8% hasta un 1.1%.
El gasto de febrero muestra que el consumo sigue siendo sólido, pero no tan fuerte como esperaban los economistas. El presidente Biden redobló varias iniciativas destinadas a ayudar a los consumidores a aumentar sus ahorros durante su discurso de la semana pasada. Incluyen frenar las “tarifas basura”, es decir, tarifas que no se informan de manera transparente a los consumidores o que no les brindan nada adicional a cambio.
Una de esas “tarifas basura” es la tarifa por pagos atrasados con tarjeta de crédito. La semana pasada, la administración Biden anunció que limitaría la tarifa a 8 dólares al mes. Desde el anuncio, grupos comerciales bancarios, entre ellos la Asociación Estadounidense de Banqueros, la Asociación de Banqueros de Consumidores y la Cámara de Comercio de Estados Unidos, han presentado una demanda contra la Oficina de Protección Financiera del Consumidor, la agencia que haría cumplir la norma.