La lectura de abril de la medida de inflación preferida por la Reserva Federal, publicada esta mañana por la Oficina de Análisis Económico, confirmó una meseta en la tasa de crecimiento de los precios en lo que va de 2024.
Lo datos:
- El índice de precios de los gastos de consumo personal aumentó un 0.3 % mes a mes y un 2.7 % año a año en abril.
- Esos números estuvieron en línea con los pronósticos.
- El índice básico aumentó un 0.2 % mes a mes y un 2.8 % año a año.
- La cifra mensual fue ligeramente inferior a las previsiones del 0.3 %, mientras que la cifra anual coincidió con las expectativas.
Durante el último año, los precios de los servicios siguen siendo los principales culpables de la inflación demasiado alta en Estados Unidos. El índice de precios PCE subió un 2.7% respecto del año anterior en abril, incluyendo un aumento del 3.9% en los servicios y solo del 0.1% en los bienes.
El índice de precios PCE básico, que excluye los precios de los alimentos y la energía, subió un 0.2% en abril y un 2.8% respecto del año anterior. Los precios de los alimentos cayeron un 0.2% durante el mes, mientras que los precios de la energía subieron un 1.2%. Respecto del año anterior, los precios de los alimentos han aumentado un 1.3% y los de la energía un 3%.
Los funcionarios de la Reserva Federal han enfatizado repetidamente su necesidad de más evidencia de que la inflación tiende hacia su objetivo del 2% antes de cambiar las tasas de interés. Es poco probable que las noticias del viernes les den la confianza que desean, pero no enturbian aún más el panorama.
La próxima decisión del Comité Federal de Mercado Abierto está prevista para el 12 de junio. Los precios del mercado de futuros de tasas de interés el viernes por la mañana implicaban un cambio de aproximadamente el 99% o ningún cambio en las tasas de interés en la reunión.
Nota: El índice de precios de PCE “básico”(CORE) se define como los precios de los gastos de consumo personal (PCE), excluidos los precios de los alimentos y la energía. El índice de precios PCE básico mide los precios que pagan los consumidores por bienes y servicios sin la volatilidad causada por los movimientos en los precios de los alimentos y la energía para revelar las tendencias subyacentes de la inflación.
