Las solicitudes de beneficios por desempleo continuaron cayendo a mínimos pandémicos a mediados de mayo a medida que las empresas intensifican sus esfuerzos de contratación.

Las solicitudes iniciales de desempleo cayeron 34.000 a 444.000 en la semana que terminó el 15 de mayo. Ese es el nivel más bajo de solicitudes desde marzo de 2020.

Si bien las nuevas solicitudes estatales de desempleo se han reducido a la mitad desde el comienzo del año, todavía son más del doble en comparación con el último mes antes de la pandemia.

La cantidad de aplicaciones se había estado ejecutando en los 200,000 antes del brote viral a principios del año pasado.

Las solicitudes regulares de beneficios por desempleo han disminuido en todos los estados. También lo son las solicitudes presentadas a través de un programa federal de emergencia establecido durante la pandemia.

Sólo 95,086 solicitudes de beneficios por desempleo se presentaron la semana pasada a través del programa federal de ayuda. Alcanzaron su punto máximo el año pasado con más de 1 millón por semana.

El número de personas que ya reciben beneficios estatales por desempleo, los llamados reclamos continuos, aumentó en 111.000 a 3,75 millones ajustados estacionalmente en la semana que finalizó el 8 de mayo.
Unos 5,1 millones que han agotado la compensación estatal también estaban recibiendo beneficios a través de un programa de emergencia financiado por el gobierno federal.

En total, el número de personas que supuestamente recibían beneficios de ocho programas estatales y federales separados ascendía a 16 millones al 1 de mayo. Estas reclamaciones habían superado los 30 millones al comienzo de la crisis.

Menos de 2 millones de personas se beneficiaban antes de que estallara la pandemia.

Los despidos y las nuevas solicitudes de desempleo están disminuyendo, pero ha surgido un gran debate sobre si los beneficios adicionales por desempleo están impidiendo que algunos desempleados acepten trabajos.

El debate se intensificó después de un decepcionante informe de empleo de abril. Desde entonces, casi 20 estados han dicho que planean dejar de ofrecer un beneficio federal semanal de $300 en junio para empujar a las personas a volver a la fuerza laboral, una medida que podría afectar a varios millones de personas.

Cualquiera que sea el caso, se espera que una economía de rápido crecimiento impulsada por el estímulo federal, las bajas tasas de interés y los altos ahorros se mantenga fuerte durante el verano. Es probable que el resultado sea mucha más contratación y nuevos puestos de trabajo que se suman al impulso económico.

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